Historia del Paisaje Minero de Asfaltos Naturales

El asfalto ha impregnado masas de rocas calizas, denominadas como calizas bituminosas, en diferentes lugares de la Comarca de la Montaña Alavesa.

Fue durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX cuando la interesante historia de este paisaje se forjó, quedando latente no solo en sus paredes impregnadas de asfalto, sino en las vidas de las gentes del entorno que dedicaron sus años a los trabajos en las minas y en las fábricas de producción de panes y baldosas.

Esa riqueza comienza a explotarse en el año 1855, concretamente en las inmediaciones de la localidad de Loza, municipio de Peñacerrada, en la demarcación de la mina Diana. Posteriormente, en diferentes localizaciones de la comarca de Montaña Alavesa se sucedieron nuevas explotaciones, con sucesivas concesiones de explotaciones mineras, creación de sociedades y compañías de asfaltos y aperturas y cierres de canteras y factorías. El municipio en el que se centró el grueso de la actividad minera fue el de Arraia-Maeztu, concretamente en las inmediaciones de las localidades de Leorza, Korres, Maestu y Atauri.