La comarca de Montaña Alavesa se encuentra en el sudeste de Álava. Siendo la más despoblada de las siete cuadrillas de Álava, cuenta con elementos naturales y patrimoniales que le proporcionan identidad propia. Entre pequeños valles y montañas se abren villas medievales que conservan su legado arquitectónico, así como un rico patrimonio religioso y, en los últimos tiempos, una gran apuesta de recuperación de su pasado y sus tesoros vivos.
A partir del 23 de septiembre de 1927, la línea Vitoria-Estella del Ferrocarril Vasco-Navarro, que pasaba junto a las instalaciones de las minas, facilitó significativamente la salida de los productos elaborados con asfalto natural.
Este pequeño tren, conocido como el 'trenico', fue clave para impulsar el desarrollo de la actividad minera, dejando una huella en la historia de las familias mineras que relatan cómo transportaban sus productos en sus vagones.
El antiguo trazado de este tren ha fomentado un acercamiento respetuoso a la naturaleza, al tiempo que ha dinamizado socioeconómicamente la Montaña Alavesa.
En la localidad de Antoñana, se ha recreado el ‘trenico’ con tres vagones que albergan el Centro de Interpretación del Ferrocarril Vasco-Navarro y la oficina de turismo.
Declarado Parque natural en mayo de 1998, con una extensa zona eminentemente forestal recorrida por el río Izki y bordeada por montañas, supone un fuerte atractivo para realizar turismo ornitológico, paseos y excursiones a pie, en bicicleta o a caballo.
En la localidad de Korres se ubica el Centro de Interpertación del Parque Natural de Izki, única población ubicada dentro de los límites del área protegida.
La comarca de Montaña Alavesa ofrece al visitante la posibilidad de perderse entre calles de villas medievales y rincones cargados de historia. Muestra de ellos son las maravillosas villas de Antoñana, Peñacerrada o Lagrán, así como las atractivas historias que se esconden en Santa Cruz de Campezo, Maestu, Bujanda o Pipaón entre otras localidades de la comarca.